Plástico o aprendizaje automático
A principios de este año recibimos la sorprendente noticia de que Deutsche Post ya no es capaz de leer nuestras etiquetas de dirección en la revista E-3. Durante muchos años hemos enviado la revista de la misma manera: En la portada se pega una etiqueta blanca con el número de suscripción y la dirección.
Ahora Deutsche Post ha invertido en nuevos escáneres, que al parecer ya no reconocen las etiquetas de dirección como tales y, por tanto, no pueden leerlas. En el futuro, habrá una "zona de descanso y lectura" alrededor de las etiquetas, que ocupará aproximadamente un tercio de la superficie de la cubierta. Por supuesto, Deutsche Post no responde cómo puede hacerse un diseño de cubierta sensato con estas especificaciones.
Como usuario de ordenadores con ciertos conocimientos técnicos, uno se asombra de esta especificación. Los escáneres de Deutsche Post necesitan casi un tercio de una página A4 para encontrar y leer una etiqueta de dirección. Nuestras etiquetas de dirección tienen un tipo de letra estándar que todos los programas OCR del PC reconocen casi a ciegas.
Es probable que las cartas se lean a muy alta velocidad en la cinta transportadora, pero para ello hay cámaras de alta velocidad y software OCR con algoritmos de IA. Se desconoce qué norma técnica utiliza Deutsche Post y si los escáneres están equipados con aprendizaje automático. El hecho es que Antes, Correos podía leer las etiquetas, ahora no, ¿verdad?
A principios de este año, nos vimos obligados a proporcionar a la revista E-3 una portada blanca con la dirección impresa y a retractilarla junto con la revista.
Casi todo el mundo intenta evitar el plástico, y Deutsche Post nos obliga a procesarlo en grandes cantidades. Naturalmente, habría habido una alternativa: Si lo dejas y sigues entregando la revista con la etiqueta pegada, tienes que pagar una "multa". La lógica detrás de esto no nos quedó clara.
Una vez configurados y ordenados los nuevos procesos de envío, tomamos una hoja Excel y comparamos las tasas de penalización con los costes adicionales de la portada y la lámina. Llegamos a una grata conclusión, al menos para nuestro entorno: el papel con dirección y folio es más caro que la tasa de penalización postal para nuestra tirada.
Así pues, a partir de este número, volvemos a enviar la revista E-3 en su forma habitual: sin portada ni lámina. Por supuesto, seguimos esperando que la transformación digital en forma de IA y aprendizaje automático también llegue a Deutsche Post. Los escáneres inteligentes para leer las etiquetas de direcciones deberían aportar un valor añadido, pero sin coste adicional para el cliente postal.
La transformación digital tampoco debe ser utilizada por Correos para ocultar subidas de precios. Por supuesto, la falsa referencia a una tecnología inadecuada es un fácil ejercicio de dedo. Pero en última instancia será contraproducente, porque las alternativas a la "impresión" existen. Con más IA, Deutsche Post también podría asegurar su modelo de negocio.
1 comentario
Michael Weigelt
Echte Realsatire!