¿Es 2025 la era de la razón para el ecosistema tecnológico?


En 2025, las empresas se centrarán más en lo que realmente funciona. Pero, ¿cómo evolucionará el ecosistema tecnológico en esta tensión? Aunque la IA está en el centro de muchos desarrollos, la «carrera hacia la IA» a menudo ha terminado en una costosa desilusión. Los proyectos piloto y las inversiones, como el asistente de IA Copilot de Microsoft, a menudo no han cumplido las expectativas, ya sea por los altos costes, la falta de habilidades o la constatación de que no se pueden lograr resultados sostenibles sin una estrategia clara. Esto no quiere decir que las empresas deban abandonar los proyectos de integración de IA. Es simplemente una tecnología que debe considerarse como parte de un plan de negocios a largo plazo, en lugar de sobrevalorarla a corto plazo.
¿Dónde está el valor en la IA?
Para 2025, la atención se centrará en casos de uso más específicos en los que la IA pueda aportar un valor real. El proyecto Stargate anunciado por la administración Trump puede ser el mayor proyecto de IA de todos los tiempos, pero incluso Elon Musk duda de que se inviertan realmente las gigantescas sumas. Los costes se están comparando cada vez más con los beneficios. Además, habrá que reevaluar la precisión necesaria de la tecnología, especialmente en áreas sensibles como la sanidad, donde una precisión del 80 o 90 por ciento no es suficiente.
El progreso tecnológico evolucionará de una cultura de innovación de «lo nuevo a toda costa» a un enfoque impulsado por la demanda. Las tecnologías establecidas seguirán siendo canales de comunicación centrales para las empresas. La aparentemente imparable «carrera hacia la nube» también puede ralentizarse. Esto se debe a que las empresas se están dando cuenta cada vez más de que los sistemas locales pueden ser igual de importantes. Los enfoques híbridos que integran soluciones tanto en la nube como locales suelen proporcionar el equilibrio óptimo entre flexibilidad, seguridad y coste. Con normativas como DORA y NIS 2, así como un número cada vez mayor de ciberamenazas, la protección de los datos confidenciales se está volviendo esencial para las organizaciones.
La ciberseguridad es una prioridad absoluta
Esto se debe a que la superficie de ataque continúa expandiéndose con la adopción del trabajo remoto, la computación en la nube y los dispositivos IoT. Tecnologías como el cifrado, la autenticación multifactor y el intercambio de inteligencia sobre amenazas están experimentando un renacimiento. Han funcionado bien en el pasado y pueden combinarse a la perfección con nuevos desarrollos. En 2025, las organizaciones evaluarán críticamente los sistemas existentes en busca de vulnerabilidades e invertirán en tecnologías que aborden los requisitos normativos y de seguridad que cambian rápidamente. Aunque aún está por ver el alcance del impacto, no hay duda de que la administración Trump tendrá un impacto significativo en el ecosistema tecnológico global.
Dado que EE. UU. es el origen de muchas innovaciones tecnológicas, las decisiones de gran alcance que se tomen allí también tendrán un impacto en Europa, especialmente en lo que respecta a la regulación de la IA y las grandes empresas tecnológicas. Por ejemplo, el probable aumento de los aranceles comerciales ejercerá aún más presión sobre los costes de las empresas. Las empresas europeas se verán obligadas a optimizar sus estructuras de costes y a centrarse más en la automatización y el aumento de la eficiencia. El año 2025 se caracterizará por un enfoque realista y pragmático. En lugar de dejarse llevar por la publicidad, las empresas tomarán decisiones conscientes que se centren en la estabilidad, la seguridad y la resiliencia operativa a largo plazo. En un mundo de complejidad e incertidumbre, el ecosistema tecnológico se centrará menos en el cambio disruptivo y más en la mejora continua y la previsión estratégica.
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