¿Está muriendo la prensa libre?
En la Casa Blanca de Donald Trump hubo un estratega jefe llamado Steve Bannon. Caído en desgracia, regresó a su antiguo trabajo en el portal web Breitbart News Network.
Un poco más tarde, dio de buena gana al autor Michael Wolff información sobre la familia de Trump y lo que vivió durante la campaña presidencial y más tarde en la Casa Blanca. No es halagador para Donald Trump lo que se puede encontrar en el libro "Fire and Fury: Inside the Trump White House" de Michael Wolff.
A principios de este año, Steve Bannon dejó su puesto en Breitbart News. Lo que se sabe es que Donald Trump arremetió verbalmente contra su antiguo estratega jefe a través de Twitter y que una familia multimillonaria estadounidense sigue apoyando financieramente al portal web Breitbart y, al mismo tiempo, se ha comprometido con Trump.
Así parece: Steve Bannon es un peón político. Perdió su trabajo por expresar sus opiniones con demasiada libertad. No se trata de derecha o izquierda. No se trata de verdadero o falso. Bannon ha dado su visión personal, subjetiva. Ha hablado de experiencias que entran dentro de un acuerdo de confidencialidad.
Puede que haya puesto en peligro la seguridad nacional y violado derechos personales. Puede que se le pueda procesar legalmente por sus declaraciones. Pero la libertad de expresión debe ser posible sin temer la mano invisible de la "trastienda política".
Mi simpatía no es por Steve Bannon como persona, me preocupa la libertad de expresión y un panorama mediático independiente.
Conozco la sensación de saber mucho y tener que ser doblemente cuidadoso. A SAP no le gusta lo que escribimos, como tampoco le gusta a Trump lo que oye de boca de Steve Bannon. No estoy pidiendo indulgencia o amnistía aquí para Bannon, para muchos otros escritores y periodistas, y para la revista E-3.
Se trata de la libertad de expresión, de la que nos responsabilizamos: Y en caso de errores, tenemos la oportunidad de un discurso abierto y transparente. Quienes tienen poder también tienen una responsabilidad y un deber de divulgación ante la sociedad, ante la comunidad SAP.
SAP está estableciendo un sistema de comunicación en el que los medios libres e independientes como la revista E-3 tienen que quedarse a las puertas. Los socios entregan sus tareas de comunicación a SAP y a cambio reciben sitios web con diseño Fiori en los que se buscan en vano secciones de prensa.
Estos socios dirigen blogs en los que se mencionan los comunicados de prensa de SAP. Como agradecimiento, estos socios son mencionados en los textos de SAP. Se dan palmaditas en la espalda y el asombrado cliente existente de SAP se queda mirando.
Ya casi no se celebran ruedas de prensa, debates de fondo, actos para periodistas. Es preferible invertir en canales propios controlables que entablar un debate abierto con la prensa libre.
El miedo a perder el control debe ser grande si uno también obliga a sus socios a entrar en este sistema de tipo monopolístico. La otra opinión ya no se considera entonces errónea, inexacta, mal investigada, sino peligrosa.
Se rechaza categóricamente un debate de fondo: más un peón político que un discurso perspicaz. Es la preocupación por una prensa libre a la que también se le permita equivocarse sin miedo.