Tecnología - Nuestros hijos abren camino
La introducción de nuevas tecnologías suele recibirse con escepticismo e incluso se ve como una amenaza potencial. Pero si se ve la tecnología como una oportunidad para redefinir el mundo, este temor es infundado.
Sabemos por nuestros estudios que casi todas las organizaciones financieras ven un enorme potencial en la transformación digital. Sin embargo, solo el 56% de las empresas ha desarrollado una estrategia concreta al respecto y solo el 35% cree contar con recursos y competencias suficientes para ponerla en práctica.
En The Hackett Group, a menudo nos enfrentamos a la cuestión de qué tecnologías están "de moda" y qué competencias tecnológicas necesitarán los empleados en el futuro.
Pero es un error centrarse únicamente en la tecnología. Las características clave de la transformación digital incluyen el desarrollo de nuevos modelos de negocio, la innovación, una mayor orientación al cliente y un mejor apoyo a los procesos de toma de decisiones.
Las oportunidades que ofrece la tecnología han aumentado exponencialmente en los últimos años, y se espera que esta evolución se acelere aún más.
Pero eso no significa que todos tengamos que reciclarnos como científicos de datos o diseñadores de robots. Más bien, la mayoría de los empleados solo necesitan comprender mejor cómo pueden utilizarse las nuevas tecnologías y qué oportunidades abren.
La creatividad humana es entonces necesaria para desarrollar y poner en marcha escenarios de aplicación. En otras palabras, la creatividad y la voluntad de experimentar (características que la inteligencia artificial no puede aportar) son muchas veces más importantes que la propia tecnología.
Por lo tanto, la formación y el desarrollo de los empleados también deberían centrarse mucho en el uso de la tecnología, en las nuevas metodologías (como el pensamiento de diseño) y no tanto en la tecnología como tal.
Para crear innovaciones verdaderamente transformadoras y centradas en el cliente, la colaboración interdisciplinar será cada vez más necesaria. Los límites departamentales se harán más permeables y los empleados tendrán que orientarse cada vez más por formas flexibles de organización.
Por tanto, características como la comunicación, la colaboración y la orientación al cliente son cada vez más importantes a medida que avanza la transformación digital.
Otra idea equivocada es que hoy en día hay que centrarse únicamente en las últimas tecnologías. Pero quienes ya han experimentado con el aprendizaje automático y la analítica avanzada saben lo importantes que siguen siendo los datos maestros limpios.
Y las empresas que han tenido una experiencia profunda con la robótica son conscientes de las restricciones y siguen centrándose en conectar digitalmente a los socios comerciales y en seguir simplificando y armonizando los sistemas ERP y la arquitectura informática.
Esto significa que las competencias "clásicas" siguen siendo relevantes para el futuro, enriquecidas por nuevas competencias como la nube, la movilidad, la agilidad y, en un futuro próximo, el blockchain y la IA.
El reto consiste en unir el viejo y el nuevo mundo de forma significativa sin dejar atrás a los empleados o incluso perdiéndolos. Otro ámbito de responsabilidad es la interfaz entre el hombre y la máquina.
Por ejemplo, lleva tiempo generar confianza en las previsiones generadas por máquinas. Muchas empresas que aumentan la precisión de las previsiones financieras utilizando big data y algoritmos han tardado a menudo más de un año en aceptar los resultados. Pero si el tiempo liberado se utiliza después para establecer asociaciones empresariales significativas, los beneficios son evidentes.
Las oportunidades que ofrece ya hoy la tecnología son enormes. Pero sólo se harán realidad si las personas se abren a estas oportunidades y las aprovechan como oportunidades. La transformación digital es, por tanto, ante todo un cambio cultural con las personas en el centro.