Conducir a la vista en lugar de navegar en la niebla
Quién no lo sabe: el estrés habitual a final de mes cuando se trata de realizar los estados financieros mensuales, trimestrales o anuales. En contabilidad, todas las actividades en este momento se centran en recopilar, fusionar y conciliar datos, y se dedica mucho tiempo a conciliar cuentas bancarias y compensar partidas abiertas.
La multitud de procesos manuales crea una complejidad difícil de controlar. En consecuencia, aumenta el riesgo de errores, y ello en un momento en que los resultados correctos son de vital importancia.
Pero por mucho que los contables se esfuercen, a menudo tienen la sensación de que no conocen realmente todos los detalles relevantes, en lugar de conducir a vista de pájaro. Así lo confirma también una reciente encuesta de Censuswide.
Según esto, sólo el 38% de los expertos financieros encuestados en todo el mundo confían en los datos financieros que recopilan. Sin embargo, muchos parecen haberse acostumbrado ya a la falta de visión de conjunto y transparencia.
También pueden observarse efectos de exclusión, pues ¿de qué otra forma podría explicarse que el 71% de los directores financieros encuestados afirmaran confiar en la exactitud de sus cifras?
Pero de nada sirve cerrar los ojos. Así no se dominan los retos de un entorno competitivo cada vez más complejo.
Para ello, básicamente no es difícil romper con los procesos contables manuales y adoptar soluciones de software modernas. Hoy en día, ya existen muchas formas elegantes de automatizar el complejo cierre mensual y garantizar así la transparencia y la previsión. Sólo hay que querer hacerlo.
Quienes se atreven a estandarizar de forma coherente el proceso de elaboración de los estados financieros de su empresa y a digitalizarlo en el siguiente paso crean la base para unos estados financieros modernos y, sobre todo, más válidos.
Contabilidad continua es la palabra mágica. Se trata de un proceso automatizado que divide la multitud de tareas necesarias para el estado financiero en pequeños paquetes de tareas, las estandariza y las distribuye a lo largo de todo el mes para que el estado pueda avanzar de forma continua.
La Contabilidad Continua elimina la necesidad de realizar conciliaciones manuales, que llevan mucho tiempo, fusionando datos de distintos sistemas fuente y definiendo reglas claras para el tratamiento automatizado posterior.
Esto supone un alivio para los contables a final de mes y reduce el riesgo de errores. Las horas de duro trabajo conciliando partidas abiertas son cosa del pasado.
Sin embargo, el valor añadido más sostenible de la Contabilidad Continua es que eleva la calidad de los datos a un nivel mucho más alto desde el principio, lo que permite realizar análisis de datos significativos a diario, prácticamente en tiempo real.
La razón: mediante la definición de normas estrictas para el tratamiento de los datos y la automatización de los procesos en todos los sistemas, se crea una transparencia que simplifica significativamente la realización de comprobaciones de plausibilidad y, por tanto, también reduce en gran medida el número de datos que siguen requiriendo un examen por separado a final de mes, un efecto que también repercute positivamente en la seguridad de las auditorías de una empresa.
Las cifras válidas son el todo y el fin de cualquier empresa, porque garantizan la planificación y la seguridad de las inversiones. Esto desempeña un papel especialmente importante en el mercado de capitales: quien se ve avergonzado aquí por tener que corregir cifras ya publicadas sufre rápidamente una pérdida de confianza.
Sobre todo teniendo en cuenta que el año pasado hubo tantos avisos de beneficios como el anterior a la crisis financiera y que cada vez más empresas cotizadas tienen que publicar avisos de beneficios o facturación, la introducción de la Contabilidad Continua es lo mejor que puede hacer una empresa.