La cabeza en las nubes
Corona supuso el gran cambio para muchas empresas. Oficina en casa, reuniones virtuales, uso de datos a través de la nube... de repente, lo que antes no era posible, ahora es posible. Incluso cuando se levante el velo de Corona, las preocupaciones sobre la protección de datos y el cumplimiento de la normativa ya no tendrán el poder de bloqueo que tenían antes. Entonces quedará claro: Estas preocupaciones eran quizás sólo una fachada para razones mucho más serias.
El uso de la nube en Alemania sigue aumentando. Tres cuartas partes de las empresas con 20 o más empleados (76%) utilizan ya la computación en nube. Este es el resultado del "Cloud Monitor 2020", una encuesta realizada por la consultora KPMG y la asociación digital Bitkom.
Sin embargo, el estudio también muestra: la computación en nube sólo despliega todo su potencial de digitalización cuando el uso de la nube está en consonancia con la estrategia de digitalización de la empresa. Esta es precisamente la proverbial mosca en la sopa: para muchas empresas, la digitalización no es necesariamente una nube para todos los casos.
Los problemas de integración dificultan la migración
Una mirada a un sector de la economía deja claro el problema: muchas casas comerciales en Alemania han desarrollado una profunda estrategia para poder trabajar de forma más rápida, más ágil y más centrada en el cliente como una empresa inteligente con una moderna infraestructura de TI. Pero la implementación de muchas estrategias se retrasa y se prolonga porque muchas interfaces y funciones de los sistemas ERP tradicionales no están disponibles en S/4 Hana.
Por ejemplo, el módulo de comercio internacional, sucesor de las funciones de comercio exterior en SAP ERP Central Component (SAP ECC), requiere repetidamente reelaboraciones y soluciones propietarias. Y estas soluciones propietarias creadas con tanto esfuerzo son precisamente la razón por la que muchas empresas rehúyen dar el salto al mundo de la nube total: por miedo a tener aún más dificultades de integración.
No se trata sólo de un problema de estrategia, sino también de comunicación: ¿cómo quiere un responsable informático calentar a los dirigentes de la empresa para una estrategia en la nube y convencerles de que liberen fondos para ella si, por otro lado, tiene que explicarles una y otra vez que aún no hay forma de evitar las complicadas soluciones propietarias que funcionan en las instalaciones?
Fuera de la nube por el momento
Es obvio que SAP debe poner su corazón y su alma -o mejor dicho, el futuro de la empresa- en la nube. Sólo así podrá SAP desarrollar e introducir innovaciones que la diferencien de la competencia. Sin embargo, al mismo tiempo, el director general de SAP, Christian Klein, no debe ignorar la realidad de los clientes.
Suena paradójico: el criterio de éxito de su estrategia en la nube se encuentra por el momento fuera de la nube. Los clientes esperan no sólo mejoras en la integración de las aplicaciones de SAP en la nube con S/4 Hana, sino también mejoras en las funciones generales de S/4. Sólo cuando se hayan resuelto los problemas supuestamente pequeños podrán abordarse las grandes estrategias y, lo que es más importante: comunicarse de forma coherente para los responsables de la toma de decisiones.
Sólo cuando los clientes tienen la buena sensación de que seguirán recibiendo actualizaciones funcionales para sus sistemas y de que sus soluciones individuales se conservarán cuando se trasladen a la nube, es realmente fácil decir adiós al modelo local.
Por eso Christian Klein y su equipo de comunicación tienen que realizar una y otra vez el retórico acto de equilibrismo: con la cabeza en las nubes, conjurando las nuevas oportunidades de la nube, y con los dos pies en el suelo, asegurándose de que la integración de los diversos componentes de S/4 funciona más rápido y sin problemas, porque sin un presente que funcione, no hay un buen futuro.