Tecnología básica y factor competitivo del siglo XXI


Los algoritmos de IA constituyen la base para el desarrollo de sistemas basados en la voz y chatbots, ayudan a predecir tiempos de inactividad en la producción o apoyan a los médicos en el reconocimiento y tratamiento de enfermedades. Los algoritmos de IA ahorran costes y tiempo. A menudo toman mejores decisiones que los humanos.
A menudo nos preguntan si la IA no es más que palabrería porque métodos como las redes neuronales artificiales existen desde hace décadas. Esto es básicamente cierto, pero no obstante estamos convencidos de que la IA no es solo una palabra de moda, como lamentablemente suele ocurrir en el contexto de la transformación digital.
De hecho, las condiciones marco para las aplicaciones de IA no han hecho sino mejorar notablemente en los últimos años: ahora se dispone de datos en cantidades sin precedentes, por ejemplo para entrenar redes neuronales artificiales. La potencia de cálculo y el espacio de almacenamiento también son más baratos que nunca. Además, por primera vez se dispone gratuitamente de muchos conjuntos de herramientas y bibliotecas de software que han simplificado y mejorado notablemente el desarrollo y la calidad de las aplicaciones. (Ofrecemos un resumen de las mejores herramientas en www.ki-business.de.)
La inteligencia artificial es, por tanto, algo más que una herramienta para automatizar los procesos existentes. En el futuro, la creación de nuevos modelos de negocio basados en datos pasará a primer plano. Un claro indicador de su creciente importancia es la inversión en IA.
Inversiones en IA
Las inversiones en start-ups de IA se multiplicaron por 50 hasta superar los 15.000 millones de dólares estadounidenses entre 2011 y 2017 (CB Insights, 2018). Incluso se espera que aumente hasta los 70.000 millones de dólares en 2020 (OCDE, 2017). Esto demuestra que la IA es una tendencia de inversión en constante crecimiento.
Sin embargo, estas inversiones están desigualmente distribuidas: el 48% de las inversiones en nuevas empresas de IA se realizaron en China el año pasado; otro 38% en EE.UU., que ha sido el líder durante muchos años. En el resto del mundo, sólo el 14%, o el equivalente a unos 2.000 millones de dólares, se invirtió en jóvenes empresas de IA.
Alemania, que en realidad es cuna de muchos investigadores destacados en IA, ni siquiera ocupa la primera posición en Europa. Lo ocupa Gran Bretaña, donde start-ups como Darktrace (ciberseguridad) y Graphcore (chips de IA) han alcanzado ya el estatus de Unicornio, es decir, están valoradas en más de mil millones de dólares.
El Gobierno alemán quiere ahora tomar contramedidas con un "plan maestro de IA". Sin embargo, a pesar de la excelente formación en IA que se imparte en las universidades, la economía no se ha subido realmente al carro hasta ahora: "Los alemanes no reconocen el poder de cambio mundial de la inteligencia artificial", advirtió hace años el profesor de IA Jürgen Schmidhuber. El dinero está ahí, pero aunque Google invierte 500 millones de dólares en un laboratorio de IA, las empresas alemanas no. Poco ha cambiado a día de hoy.
Mientras que en EE.UU. son principalmente las empresas digitales como Amazon, Google, IBM y Nvidia las que están invirtiendo mucho dinero en este tema, en China es el gobierno el motor de las inversiones. Con un plan en tres fases, China quiere convertirse en el líder mundial del mercado de la IA para 2030.
En estos momentos, se está invirtiendo mucho dinero en crear las empresas de IA que se espera que logren los mayores avances tecnológicos en medicina, agricultura, producción industrial e infraestructuras para la economía china en la próxima década.
Mientras los estadounidenses distribuyen ampliamente sus inversiones, los chinos invierten específicamente en unas pocas start-ups ya maduras. Como resultado, cinco de las siete empresas de nueva creación más valiosas en la actualidad proceden de China: Sensetime está a la cabeza con una valoración de 4.500 millones de dólares, seguida de Cambricon (2.500 millones) y Megvii/Face++, CloudWalk y Yitu (2.500 millones cada una) en los puestos tercero a séptimo.
En todo caso, la distancia que separa a Alemania de los países líderes en IA es cada vez mayor. En nuestra opinión, ya es hora de entablar un debate constructivo sobre la IA si no queremos volver a perder el contacto con una tecnología del futuro en la que, de hecho, nos encontramos entre los pioneros.