La gestión del cambio no debe estar ausente de la IA
En Alemania, sólo una de cada diez empresas (el 11%) utiliza inteligencia artificial (IA). Cuanto mayor es la empresa, más frecuentemente se utiliza la IA. El 17% de las empresas con 500 empleados o más utilizan esta tecnología.
En las empresas de 100 a 199 empleados, sin embargo, es sólo del ocho por ciento. En comparación, casi ocho de cada diez empresas (78%) utilizan la computación en nube, y en las pequeñas empresas es el 76%. Este es el resultado de una encuesta representativa realizada por Bitkom Research por encargo de Tata Consultancy Services (TCS).
Con las nuevas tecnologías, no es raro que muchas empresas las introduzcan sólo cuando la competencia ya ha tenido éxito en el mercado y se pueden identificar las mejores prácticas. Pero esta estrategia es arriesgada en el caso de la IA. No es una mera tendencia, sino que se considera crucial para la viabilidad futura de las empresas. Y con cada día de espera, crece la distancia que las separa de las empresas líderes y aumenta la presión del mercado.
Esto se debe a que ya existe una amplia gama de escenarios de aplicación: desde el mantenimiento predictivo y la supervisión automatizada del estado de máquinas y dispositivos hasta la gestión optimizada de la energía y la predicción de las necesidades de los clientes. Hoy en día ya se pueden encontrar soluciones basadas en la IA, especialmente en áreas en las que se puede lograr un alto grado de automatización y el consiguiente aumento de la eficiencia. Un ejemplo es la garantía de calidad en la producción, donde los errores pueden detectarse de forma fiable y rápida con la ayuda del reconocimiento de patrones.
Sin embargo, para utilizar la IA se necesitan conocimientos especializados y los correspondientes expertos. Y ambas cosas suelen faltar en las medianas empresas. Las corporaciones pueden crear departamentos enteros que se ocupen de la IA. En cambio, en las empresas medianas, solo unos pocos empleados tendrían que ocuparse de todo el tema de la digitalización, incluida la IA.
Aunque la escasez de trabajadores cualificados también afecta a las grandes empresas, éstas son empleadores más atractivos por su reputación o su mayor variedad de temas. Cuanto más pequeña es la empresa, más difícil es encontrar empleados con las cualificaciones necesarias.
¿Qué punto de entrada elegir?
Las asociaciones con empresas tecnológicas o incluso universidades pueden proporcionar servicios valiosos. Las empresas también deberían echar un vistazo a las plataformas de IA que están desarrollando actualmente los proveedores de nubes públicas. Permiten utilizar métodos de IA potentes y escalables sin tener que realizar inversiones propias a gran escala.
Especialmente atractiva para las PYME es la cooperación con la industria y los grupos de interés, que a menudo ofrecen gratuitamente información y servicios específicos del sector. Al fin y al cabo, lo primero es entender la tecnología y reconocer qué oportunidades ofrece. ¿Cómo enfocar el tema para poder utilizar los datos de forma específica? ¿Cuáles son las posibilidades de aplicación en el ámbito de los productos o los procesos? ¿Qué valor añadido ofrece la IA?
Las empresas no necesitan una estrategia de IA desde el principio. Lo que sí necesitan, sin embargo, para que la IA tenga éxito a largo plazo, es la gestión del cambio. Esto significa comunicar los cambios necesarios a la plantilla. Porque las exigencias de las actividades de los empleados cambian. Esto también aumenta la importancia de la formación continua.
Con la misma naturalidad con la que los empleados utilizan Microsoft Office hoy en día, utilizarán soluciones de IA en el futuro. Este cambio debe ir acompañado activamente de medidas adecuadas de gestión del cambio. Quienes piensen que basta con utilizar las nuevas tecnologías fracasarán.