Los errores de pensamiento de Alemania en la digitalización
Según el informe, la proporción de innovadores en las PYME ha disminuido significativamente en casi siete puntos porcentuales hasta el 22% (2013/2015) en comparación con el periodo anterior, alcanzando así el valor más bajo desde que se puso en marcha el Panel de PYME del KfW.
¿Es motivo de preocupación?
El panorama es desigual. La tendencia a largo plazo muestra que la innovación se concentra cada vez en menos empresas, especialmente en las grandes. Las empresas más pequeñas se han cansado de innovar.
Las razones son múltiples. Además de la escasa actividad de creación de empresas y el número demasiado escaso de fundadores valientes, la creciente competencia de precios y la incertidumbre económica general, se siguen citando grandes dificultades para financiar la innovación, así como la falta de cualificaciones y recursos.
Sin embargo, Alemania, como plaza empresarial fuerte, no tiene ciertamente un problema de financiación, sino más bien un problema de planificación en nuestro país. Por un lado en la parte administrativa, por otro también en las empresas.
En muchos casos, los proyectos de innovación se hacen a medida, demasiado grandes y, por tanto, demasiado caros. Hoy en día, la mayoría de las innovaciones se basan en medidas de digitalización. Las empresas suelen pensar demasiado en esos proyectos y los enfocan de forma equivocada.
Esto hace que los nuevos desarrollos sean lentos y caros. Los inversores son reacios a apoyar estos errores de pensamiento.
Por eso es erróneo planificar el gran lanzamiento digital de forma perfeccionista como un proyecto de I+D según todas las reglas de la ingeniería alemana. El sueño digital de la cerda del sauce que pone huevos estalla cuando la atención se centra en la belleza única de la solución técnica. En su lugar, se trata del beneficio que convence al empleado y al cliente.
Estos retos sólo pueden ser dominados por quienes se desarrollan con agilidad, adoptan un enfoque pragmático, adaptan continuamente su estrategia y aprenden de las start-ups. "Aprender haciendo" o "ensayo y error" son los métodos recomendados para superar la incertidumbre en el nuevo terreno digital.
Por ejemplo, vale la pena desarrollar rápidamente cinco prototipos en pequeños equipos para una necesidad identificada, perfeccionar tres de ellos en el siguiente paso y, por último, conseguir que dos aplicaciones tengan éxito.
Un proyecto enorme en el que trabaja un gran equipo lleva demasiado tiempo, devora mucho presupuesto y a menudo conduce a un costoso fracaso. La transformación digital trae consigo un inmenso dinamismo, y quien dedica demasiado tiempo a desarrollar un diseño corre el riesgo de que vuelva a quedarse obsoleto para cuando esté terminado. La consecuencia de una planificación tan larga y que consume tantos recursos es el estancamiento y la fatiga de la innovación.
A las medianas empresas, en particular, se les aconseja empezar de forma sencilla y avanzar por etapas. La digitalización es menos una amenaza exterior y más una oportunidad, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas. Tienen la agilidad necesaria para probar algo rápidamente y luego aplicarlo.
Empezar, tener el valor de poner en marcha un proyecto digital sin más, allí donde exista la necesidad y la oportunidad de valor añadido y potencial de mercado.