La tecnología 4.0 necesita una cultura de transformación 4.0
La paralización de casi todas las economías desarrolladas a raíz de la pandemia del Covid 19 tendrá graves consecuencias. El Fondo Monetario Internacional estima que la economía mundial en su conjunto se contraerá un 3% en 2020, "mucho peor que durante la crisis financiera de 2008/09".. En consecuencia, se espera que las economías desarrolladas se vean afectadas con una minusvalía del 6,1% de media.
En el año Corona 2020, lo siguiente se aplica a la industria de forma poco sentimental: los directivos tienen que recortar costes muy rápidamente porque las ventas se han desplomado y los gastos corrientes siguen siendo elevados. "El efectivo es el rey" es la prioridad. Todos los demás planes deben subordinarse a la gestión de costes a corto plazo.
La crisis como oportunidad
Pero las crisis también encierran la oportunidad de un cambio a mejor. Y hay un tiempo después de Corona que los gestores responsables deben tener en cuenta. Es necesaria una transformación digital con un plan sostenible más allá del puro enfoque en los costes.
Aquí se aplica el principio probado de las doctrinas modernas de gestión, ya sea CIP, TPM u otras: todo proyecto necesita dos alas para volar. Para la transformación digital, la fórmula es: Primero motivar a las personas, después optimizar las máquinas.
Los gestores de proyectos de cambio digital de éxito confirman lo mismo: la Fábrica Inteligente sólo tendrá éxito con un proceso de cambio integral y una cultura de gestión moderna. Por ello, la Fábrica Inteligente es un asunto que compete al jefe, y no sólo un proyecto informático entre muchos otros.
La tecnología 4.0 en la producción requiere una transformación de la cultura 4.0 en toda la empresa. En primer lugar, los empleados deben estar convencidos de forma creíble de que el progreso tecnológico tiene sentido, también en su propio interés. Sólo entonces podrá abordarse la tarea conjunta de optimizar los procesos y los productos con las nuevas tecnologías.
Sea abierto, aborde los miedos
Seamos sinceros: el ordenador actual es realmente superior a todos los sentidos y capacidades físicas del hombre: es mejor calculando, viendo, tocando, saboreando, oliendo, razonando, levantando, desplazándose.
Por tanto, los temores a una mayor tecnología deben tomarse en serio. Pero los temores pueden contrarrestarse con hechos. Por ejemplo: la tecnología digital trabaja a favor de la ubicación y de los puestos de trabajo de una empresa, no en su contra.
En su presentación en un evento sobre Industria 4.0 organizado por Forcam, el gerente de Kuka, Heinrich Munz, demostró de forma impresionante con cifras que, a nivel internacional, las tasas de desempleo son siempre significativamente bajas allí donde el número de robots por empleado en la industria manufacturera es elevado: Corea del Sur y Alemania, por ejemplo. La conclusión de Heinrich Munz: "Necesitamos la Industria 4.0 por nuestro bienestar y por el futuro de nuestros hijos".
Asegurar las ubicaciones mediante la propiedad
La digitalización no es un fin en sí mismo. Las empresas quieren una fábrica inteligente para poder aumentar la productividad y reducir los costes. También en Alemania ha sido posible mantener ubicaciones o recuperar plantas de producción porque han aumentado significativamente su productividad gracias a los procesos de cambio y a la tecnología digital, en algunos casos en más de un 30%.
Los equipos de fábrica pueden contribuir directamente a esos éxitos. Es necesario formarles en este sentido. La formación también es clave en cualquier transformación digital.
Significa más responsabilidad personal cuando las personas pueden controlar con precisión los procesos y productos de su área de responsabilidad a través de una pantalla táctil, una tableta y un smartphone, junto con análisis incorruptibles.
Significa más aprecio cuando la gente puede hacer las tareas en el equipo más caro más fácilmente y mejor. Significa más motivación cuando las personas pueden contribuir al uso óptimo de los equipos en el taller y mejorar el ROCE - rendimiento del capital empleado.
De este modo, la transformación digital se convierte en una forma de asegurar ubicaciones y puestos de trabajo desde dentro de la empresa. Ofrece entonces las mejores oportunidades para reducir costes a corto plazo, fabricar de forma más productiva a medio plazo y mantener la viabilidad futura a largo plazo.