IA que cambia el juego
La inteligencia artificial (IA) es una de las megatendencias absolutas de nuestro tiempo, aunque el tema sea en realidad cualquier cosa menos nuevo. Mencionada por primera vez en 1955, sus métodos básicamente no han evolucionado de forma significativa.
Sin embargo, lo que sí ha evolucionado son las posibilidades de aplicar estos métodos. El aumento de la potencia de cálculo, las recopilaciones de datos exhaustivas y las plataformas de IA disponibles hoy en día hacen que lo que hace unos años parecía ciencia ficción esté al alcance de la mano.
Aplicaciones de IA como el reconocimiento facial integral o la conducción autónoma van camino de convertirse en realidad, al menos a medio plazo.
Esto abre numerosas oportunidades nuevas para las empresas. Por ejemplo, pueden mejorar significativamente la experiencia del cliente utilizando la IA para dirigirse a sus clientes de forma más personalizada y contextualizada.
Y esto es precisamente lo que está cobrando cada vez más importancia, ya que la experiencia del cliente se está convirtiendo en un elemento diferenciador clave en el entorno competitivo. Solo quienes satisfagan las expectativas personales y las situaciones específicas de sus clientes tendrán éxito en la jungla de la información.
La IA también ofrece una importante palanca para reducir costes mediante la automatización. Para seguir siendo competitivas, las empresas tendrán que maximizar este potencial de automatización en el futuro.
Por último, pero no por ello menos importante, permite optimizar la gestión de la innovación y, por tanto, la base de cualquier éxito a largo plazo. Las empresas pueden utilizar la IA para hacer imaginable y realizable lo "impensable" utilizando métodos predictivos y simulaciones profesionales.
Hay que aprovechar estas oportunidades ahora. El lema es: no espere, empiece. Quienes actúen con falsa moderación en lo que respecta a la IA se quedarán inevitablemente rezagados frente a otras empresas en la competencia mundial y tendrán que luchar por su competitividad a largo plazo.
Del mismo modo que los fabricantes de cámaras analógicas no pudieron protegerse de la digitalización, los fabricantes de automóviles no podrán detener avances inevitables como la conducción autónoma, y las empresas no podrán evitar que sus competidores utilicen el potencial de la IA en su beneficio, poniéndose rápidamente a su altura o incluso superando al mercado de forma disruptiva.
Por lo tanto, las empresas que no incluyan ahora el tema de la IA en su agenda sólo podrán mirar de reojo más adelante.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de hacerlo? Para desarrollar sus casos de uso individuales y derivar escenarios de aplicación, deben utilizar métodos como el pensamiento de diseño y herramientas de solución como Interaction Room.
Utilizando los llamados productos mínimos viables -es decir, versiones iniciales y mínimamente funcionales de una solución- pueden acumular experiencia y crear la base para aplicaciones posteriores.
De este modo, los fondos se destinan específicamente a los escenarios con mayor valor añadido. Las empresas no deben invertir su presupuesto de investigación y desarrollo en el desarrollo personalizado de sus propias soluciones, sino en soluciones basadas en plataformas de IA ya existentes, como SAP Leonardo.
De este modo, podrán beneficiarse de las inversiones que SAP ha realizado en sus soluciones para empresas inteligentes, reducir la barrera de entrada y obtener efectos iniciales más rápidamente. En todas sus consideraciones y acciones, sin embargo, debe aplicarse el lema "El cliente primero". Las empresas deben aprender a pensar desde la perspectiva del cliente y centrar en él todos los desarrollos e inversiones.
La inteligencia artificial anuncia actualmente un cambio de tendencia mundial. Las empresas que ya se ocupan de la IA y marcan el rumbo tecnológico al comienzo de este cambio de tendencia tendrán la experiencia decisiva y, por tanto, una ventaja competitiva en el mercado dentro de unos años.