La digitalización reduce la presión fiscal

Gracias a la digitalización de las declaraciones fiscales y de las operaciones de pago electrónico, las pequeñas y medianas empresas de todo el mundo sólo necesitan ahora una media de 261 horas de trabajo al año para pagar impuestos; es decir, 61 horas menos que en 2004.

En la UE y la AELC, la cifra se reduce a 173 horas, según el estudio a largo plazo "Paying Taxes" del Banco Mundial y PwC, que abarca 189 países.

"Es alentador ver que el entorno fiscal está mejorando sustancialmente en cada vez más economías. Esto reduce la carga de las empresas, al tiempo que los gobiernos pueden contar con ingresos sostenibles"

afirma Augusto López-Claros, Director del Banco Mundial.

Marius Möller, Director Fiscal de PwC en Alemania, señala no obstante que los resultados del estudio varían mucho de una región a otra:

"En muchos países sigue existiendo una considerable necesidad de mejora en lo que respecta a la eficiencia del sistema fiscal. Las regiones en desarrollo, en particular, carecen a menudo de la infraestructura informática necesaria para digitalizar la recaudación de impuestos. Como consecuencia, los países afectados están dejando de percibir importantes ingresos."

En comparación con muchos otros países europeos, el tipo impositivo general en Alemania es relativamente alto: el 48,8% de los beneficios.

En el Reino Unido, por ejemplo, la cifra es sólo del 32,0%, y en los Países Bajos del 41,0%. Aún más sorprendente es la cantidad de tiempo que las empresas alemanas tienen que dedicar a cumplir todos los requisitos de las autoridades fiscales.

Por ejemplo, la PYME alemana media dedica 218 horas de trabajo al año a los impuestos, mientras que las empresas suizas, por ejemplo, lo hacen con 63 horas y las noruegas con 83 horas.

En la mayoría de los países, los impuestos de sociedades propiamente dichos sólo representan una pequeña parte de la carga fiscal total: por término medio, sólo en torno al 40% a escala mundial. El resto corresponde a los impuestos sobre la renta o las cotizaciones a la seguridad social, por ejemplo.