¿Es su concepto de usuario de emergencia una simple carta blanca?
El aumento de los controles por parte de las BSI en relación con la directiva NIS2, prevista para otoño, ha situado el tema de los usuarios de emergencia en el primer lugar de la agenda de los auditores, y esto ya no sólo se aplica a las empresas de Kritis. En particular, están examinando hasta qué punto los controles están integrados en los conceptos internos de SoD (Segregación de Funciones) de la empresa. Esto se debe a que rara vez se tienen en cuenta conjuntamente y provocan una brecha de seguridad importante e innecesaria si los superusuarios tienen muchas más autorizaciones de las que deberían según el concepto interno de SoD. "Esto no es ni conveniente ni factible para una estrategia de seguridad holística", explica Ralf Kempf, evangelista de la seguridad informática y CTO de Pathlock Alemania.
Monolítico o híbrido
"La complejidad de los sistemas informáticos, a menudo ya no monolíticos sino híbridos, crece rápidamente, lo que significa que los conceptos de DdS también se hacen más extensos y opacos. Es esencial mantenerlos actualizados, presentarlos con transparencia y armonizarlos. Los conceptos de emergencia ya no pueden considerarse de forma aislada", subraya Kempf. Es importante tener en cuenta la perspectiva de los auditores. Son fundamentalmente críticos con los conceptos de superusuario porque pueden afectar a la integridad de los sistemas y los datos financieros. Por eso, para mantener la confianza en los informes financieros de la empresa, se aseguran de que haya normas y controles claros sobre a quién se conceden derechos de usuario de emergencia y cómo se utilizan.
Esta tarea de armonizar conceptos, cumplir requisitos y crear transparencia mediante un registro limpio plantea nuevos retos a las empresas, para las que la implantación inicial de la DdS ya era a menudo una tarea considerable. Aunque no existe una solución universal, hay una serie de buenas prácticas que ayudan a que el proceso sea eficaz. Entre ellas se incluye el examen de un conjunto de normas existentes para su propia empresa.
La revisión del ámbito de aplicación y la pertinencia debe tener en cuenta los nuevos desarrollos y avances tecnológicos en las aplicaciones y, en caso necesario, dar lugar a ajustes individuales de las normas y reglamentos. La necesidad de cada función y cada código T -incluidas las autorizaciones actualmente válidas- debe comprobarse en relación con el uso real. Si no están asignados a un usuario o son utilizados por otros, deben eliminarse por razones de seguridad.
Comprobación de pertinencia
Si la comprobación de pertinencia muestra que un empleado no ha utilizado una autorización durante más de un año, debe eliminarse del perfil. Esto parece sencillo a primera vista, pero requiere un esfuerzo técnico y conocimientos especializados. Al fin y al cabo, si se elimina la autorización de un usuario, hay que cambiar las funciones existentes, lo que no siempre es fácil de hacer manualmente. Para agilizar el proceso, es práctica común eliminar primero las autorizaciones conflictivas y sólo eliminar las sensibles en un segundo paso. Para evitar que los empleados tengan la sensación de que se están retirando autorizaciones relevantes, es útil presentar los datos estadísticos pertinentes de los usuarios. Las pruebas irrefutables de no utilización ayudan a vencer la resistencia y convencer a los superiores. De este modo, el conjunto de normas sigue siendo claro y se adapta eficazmente a las circunstancias operativas.
Cerrar filas con los auditores
Es crucial ver a los auditores internos y externos como aliados con el mismo objetivo de un buen concepto de seguridad. Una estrecha cooperación y una cultura viva de debate permiten una voluntad de compromiso y flexibilidad por ambas partes. Debe ser posible abordar cuestiones concretas si algo en la normativa parece inadecuado. Los auditores suelen estar dispuestos a aceptar una alternativa si no cambia el nivel de seguridad.
Integrar la gestión
En caso de duda, también tiene sentido pedir al auditor soluciones adecuadas y validarlas con el objetivo de lograr un éxito rápido y obtener el apoyo de la dirección. Se debe motivar a los responsables de la toma de decisiones para que pregunten si necesitan información de fondo para comprender y aclarar determinadas normas de DdS. Si una función se considera innecesaria, los auditores pueden verse tentados a eliminarla. Con el razonamiento adecuado detrás de una norma o requisito concreto, los directivos están mejor capacitados para evaluar los cambios e impulsar mejoras. Un equipo directivo bien informado puede convertirse así en un socio fuerte para el proyecto.
Independientemente de lo competente que sea un equipo de auditoría interna, debe buscarse el apoyo adicional de expertos experimentados. A la hora de seleccionarlos, es sumamente importante proceder con cautela e investigar a fondo con antelación. Por regla general, una empresa de consultoría debe tener al menos la misma experiencia que el equipo de auditoría. Si ambas partes utilizan la misma terminología y comparten las mismas creencias y normas, esto puede ahorrar costes considerables y ayudar más eficazmente a evitar futuros intentos de abuso.
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