¿Es la digitalización algo más que una palabra de moda?
Bienvenidos a la revisión de palabras de moda: el objetivo de hoy es desinflar un poco la burbuja de palabras de moda que rodea a la transformación digital. Difícilmente podemos escapar al uso inflacionista de "digital" como adjetivo sin sentido o de "digitalización" o "transformación digital" como término único.
A veces nos sentimos animados e inspirados por frases como "Mediante la digitalización integral de nuestros procesos y la aplicación de tecnologías disruptivas, crearemos una sinergia ágil y orientada al futuro que maximizará nuestra fuerza innovadora". Hasta que leemos la frase por segunda vez y nos damos cuenta de que no tiene mucho sentido.
¿Se puede ser más preciso? En términos tecnológicos, "digital" significa que los datos se generan, almacenan y/o procesan en dos estados. Estos dos estados son positivo y no positivo o 1 y 0: un sistema binario clásico. El opuesto común de digital es analógico. A diferencia de los datos digitales discretos, los datos analógicos son infinitamente variables y, por tanto, pueden almacenar información infinitamente precisa. Por tanto, la diferencia entre analógico y digital radica principalmente en la representación de la información.
Sería un error creer que los datos digitales son intangibles, mientras que los analógicos sólo son físicos. Por ejemplo, las tarjetas de fichar son un magnífico ejemplo de datos digitales físicos. Esta clasificación resulta pertinente porque ahora podemos explicar la "digitalización". Digitalizar significa convertir datos analógicos en datos digitales.
"Digitalización" se refiere no sólo al proceso de conversión de datos analógicos en digitales, sino también a las posibilidades de las tecnologías digitales en términos de modelos de negocio, nuevas fuentes de ingresos o valor añadido. Por cierto, nuestros colegas anglosajones distinguen aquí entre "digitisation" (conversión de analógico a digital) y "digitalisation" (uso de tecnologías digitales para cambiar un modelo de negocio y ofrecer nuevas oportunidades de ingresos y producción de valor).
La última palabra de moda hoy en día es transformación digital, la última etapa en el desarrollo de la digitalización y la digitalización. Aunque a menudo se utiliza indistintamente, la transformación digital es distinta porque se refiere a toda la estrategia de una empresa. No se trata de digitalizar elementos o procesos individuales (como escanear el contenido de las carpetas Leitz), sino de introducir cambios fundamentales con ayuda de la tecnología digital. Uno de los mejores ejemplos es Netflix. Lanzada como videoclub online, la empresa enviaba DVD y Blu-rays físicos a sus clientes antes de ofrecer las películas en streaming. Lo que podemos describir como transformación digital en Netflix es todo lo que ocurre después: un amplio análisis de los datos de los usuarios, sugerencias de ofertas personalizadas basadas en algoritmos y escenarios de aprendizaje automático que ayudan a modelar la demanda de contenidos o a crear obras de arte.
Después de este ataque global, la cuestión sigue siendo cómo podemos contrarrestar el comportamiento cargado de palabras de moda. Podemos consumir y no pensar en nada más. O podemos orientarnos en los tres puntos siguientes para desenmascarar el vaciado de sentido:
- ¿Existe una definición clara del término o simplemente aparece con frecuencia? Ejemplo: El negocio digital es la creación de nuevos diseños empresariales mediante la fusión de los mundos digital y físico.
- Aunque se prometen muchas cosas, faltan ejemplos concretos de aplicación o actuación. Ejemplo: Mediante la digitalización integral de nuestros procesos y la implantación de tecnologías disruptivas, crearemos una sinergia ágil y orientada al futuro que maximizará nuestra fuerza innovadora.
- Contexto erróneo: Nuestro equipo ha desarrollado la estrategia digital para la limpieza del espacio de oficinas.
- Una patada bastante violenta, pero sin definiciones, todas las palabras de moda siguen estando vacías, y eso no puede ayudarnos. En ese sentido, hasta la próxima.
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