Pensamiento de diseño: nueva cultura de cooperación


Los investigadores del Instituto Hasso Plattner (HPI) descubrieron que las empresas y organizaciones utilizan este concepto de innovación mucho más ampliamente y de formas más diversas de lo que se sospechaba.
Los éxitos se registran sobre todo en la mejora de la cultura de trabajo y la eficacia de los procesos de innovación.
"El concepto es tan popular porque no se limita a industrias específicas, sino que es una forma de pensar para resolver problemas complejos en todos los sectores"
dijo el Director del HPI, Prof.
Christoph Meinel. En apariencia, las empresas utilizan el pensamiento de diseño para cambiar lo que ofrecen, pero en realidad se están cambiando a sí mismas, afirma Meinel. Para el estudio actual "¿Partes sin un todo?", él y los investigadores del HPI Jan Schmiedgen, Holger Rhinow y Eva Köppen analizaron las respuestas de 235 usuarios en cuestionarios semiestructurados y realizaron entrevistas cualitativas a ocho expertos.
Una gran mayoría de los encuestados (71 por ciento) afirma que el Design Thinking ha mejorado la cultura de trabajo, especialmente en el equipo. Los procesos de innovación se han vuelto mucho más eficientes para muchos usuarios (69%) y la participación de los usuarios es más frecuente (48%).
El ahorro de costes (18%) o el aumento de beneficios (29%) ocuparon un lugar menos destacado.
"Por supuesto, es difícil medir el valor añadido financiero del pensamiento de diseño de forma exacta y directa. Pero las respuestas muestran que los procesos empresariales y las experiencias de los clientes mejoran de forma sostenible, lo que aumenta la rentabilidad a largo plazo"
afirma Jan Schmiedgen, uno de los tres autores del estudio. Sólo uno de cada veinte afirmó que el pensamiento de diseño no tenía ninguna influencia en su propia organización.
Transferencia de conocimientos y colaboración
Lo que sorprendió a los investigadores del HPI fue que el pensamiento de diseño no se utiliza principalmente para el desarrollo de nuevos productos y servicios, sino para la mejora de procesos y servicios internos.
Según el estudio, el pensamiento de diseño se utiliza en la vida cotidiana de las empresas no sólo para el desarrollo de productos y servicios, sino también para facilitar la transferencia de conocimientos y la colaboración y para afinar la imagen de la propia clientela.
Al final del proceso de pensamiento de diseño, por ejemplo, aparecen nuevos modelos de negocio, productos creativos, aplicaciones digitales más fáciles de usar o incluso sistemas de software innovadores.
Hasso Plattner, cofundador de SAP, participó en la fundación de la d.school en Stanford hace diez años y está convencido de que "el potencial del pensamiento de diseño sólo puede aprovecharse plenamente si se integra de forma holística y como actitud empresarial en las estructuras organizativas de la empresa".
Sin embargo, la mayoría de las organizaciones encuestadas (72%) sitúan el pensamiento de diseño de una forma más tradicional, en áreas aisladas como los departamentos de marketing o investigación.
Casi una décima parte de los encuestados afirmó haber abandonado el Design Thinking en su propia organización. Entre las razones más importantes estaba la falta de integración estructural y de apoyo de la dirección.
"La falta de tiempo, espacio adecuado y recursos financieros dificulta la aplicación productiva del concepto".
informa la coautora Eva Köppen.