El cambio digital exige un replanteamiento
Ya sea una red de telefonía móvil deficiente, la lentitud de Internet o los inevitables trámites administrativos: aunque la transformación digital de Alemania como emplazamiento industrial es ineludible, hasta ahora los avances han sido demasiado lentos. La situación no es diferente en las empresas de los países germanoparlantes, como ahora se pone claramente de manifiesto tras la crisis de Corona.
Aunque las empresas hayan alcanzado ya un alto nivel de digitalización en términos puramente tecnológicos, dudan en pensar y realizar "digitalmente", por ejemplo, el seguimiento de los pagos, los flujos de entrega o la adaptación de la producción a las nuevas condiciones y modelos de colaboración.
Tenemos una visión crítica de este desarrollo, ya que no hay alternativas a la transformación digital. Económicamente, la transformación digital encierra un enorme potencial y las empresas de la región germanófona son muy capaces de innovar. Pero antes debe producirse un replanteamiento. Como ya se ha mencionado, los modelos de negocio digitales están ganando importancia y ya pueden determinar si una empresa tendrá éxito en la competencia.
Para reforzar a Europa como emplazamiento industrial, sigue siendo muy importante aumentar el nivel de automatización, tal como se describe en la iniciativa Industria 4.0. Hasta ahora, sin embargo, demasiadas empresas siguen contentándose con automatizar los procesos empresariales existentes en lugar de echar un vistazo estratégico exhaustivo a sus modelos de negocio. La inteligencia artificial puede, en el mejor de los casos, ayudar a implantar nuevas formas e ideas.
Las pequeñas y medianas empresas lo tienen especialmente difícil. No es de extrañar, ya que la transformación digital de modelos empresariales enteros y quizá incluso de modelos de producción puede ser costosa y requiere muchos empleados. Aquí, sin embargo, la escasez de trabajadores cualificados se está haciendo sentir.
Para consolidar a Alemania como emplazamiento de alta tecnología y dominar la transformación económica y social, el DSAG cree que, sobre todo, debe haber una mayor transferencia (de conocimientos) entre las universidades, las instituciones de investigación y las empresas para formar a los jóvenes talentos de forma práctica. Paralelamente, desempeña un papel importante el desarrollo de una cultura de aprendizaje sostenible y, por tanto, la educación y formación continuas de los empleados actuales.