Bancos en sueño profundo digital
Pero quien piense que con las nuevas tecnologías también se está abriendo paso una forma digital de trabajar en todo el panorama empresarial se equivoca. Un vistazo a la realidad lo demuestra: Muchas empresas siguen durmiendo el sueño de la transformación digital. Con el brusco despertar llega la comprensión de que tales transformaciones no tienen éxito con solo pulsar un botón.
Para equiparse en consecuencia, los directivos, además de utilizar sistemas innovadores, deben afrontar cambios fundamentales. En concreto, necesitan una gestión del cambio, procesos holísticos y una nueva mentalidad. Solo unos directivos repensados que dirijan sus empresas con una Gestión 4.0 estratégica y ágil alcanzarán el objetivo de un espacio de trabajo moderno.
Por tanto, los responsables de la toma de decisiones en todos los sectores deben plantearse importantes preguntas en este contexto: ¿Cómo afecta la digitalización a nuestro negocio? ¿Qué deseos nuevos o modificados tiene nuestro grupo destinatario respecto a nuestros servicios? ¿Tenemos que adaptar nuestro modelo empresarial básico y, en caso afirmativo, cómo? ¿Qué oportunidades nos ofrecen las nuevas tecnologías y están los procesos digitalizados y automatizados de forma óptima?
El proceso de transformación
Los nuevos procesos de trabajo también modifican las exigencias a las personas. La lentitud en la implantación de métodos de trabajo digitales suele deberse a la falta de aceptación por parte de los empleados. A la mayoría les cuesta abandonar los procesos de trabajo conocidos. Si lo nuevo sobre todo provoca miedo, los empleados prefieren refugiarse en lo conocido, lo que les impide aceptar los cambios necesarios.
Aquí las soluciones se extienden, por ejemplo, al uso de procesos descentralizados de escaneado e impresión que se caracterizan por un manejo lógico y sencillo. Aunque sólo constituyen una parte de un proceso global, las nuevas aplicaciones aportan sencillez y alegría y, por tanto, también aumentan la aceptación de los procesos de trabajo inteligentes. La adaptación a la realidad digital permite diseñar los procesos internos de los bancos de forma más eficaz y rentable.
Los bancos ahorran
En estos momentos, todo consiste en ahorrar, ahorrar y ahorrar, y no para los clientes, sino para los propios bancos. Debido a los bajos tipos de interés, apenas merece la pena que los ahorradores inviertan su dinero, a menudo incluso esperan operaciones negativas como consecuencia de los tipos de interés negativos. Esto, a su vez, deja profundas marcas en los balances de los bancos y exige medidas de ahorro por su parte, actualmente más que nunca.
Al tiempo que cambia la forma de trabajar, los consumidores también plantean nuevas exigencias a las empresas en el curso de la digitalización. En un futuro próximo, nos encontraremos sobre todo con clientes híbridos que quieren ser atendidos tanto offline como online.
Con la creciente competencia digital de los clientes bancarios, también existe el deseo de que la comunicación digital sea lo más cómoda posible. No obstante, siguen apreciando la posibilidad de un contacto personal in situ.
Del cliente offline al cliente online
Además de la banca en línea tradicional, los proveedores de servicios financieros también tendrán que ofrecer servicios bancarios digitales y analógicos adaptados a la situación.
Las cajas de ahorros y los bancos cooperativos se enfrentan al reto de no perder sus arraigados vínculos analógicos y regionales con los clientes en el anonimato de la World Wide Web en tiempos de digitalización.
Así pues, a pesar de toda la necesidad de cambio, es importante conservar los puntos fuertes, llevarlos con nosotros al futuro e integrarlos en nuevos conceptos. Esto significa que, a pesar de la adaptación de los métodos de trabajo digitales, los valores clásicos también deben trasladarse a la nueva era. Porque una cosa es cierta: Los bancos que no adapten su modelo de negocio a las transformaciones digitales no sobrevivirán a medio y largo plazo.