La UE se pone seria con la facturación electrónica
En los últimos años, ha habido una tendencia creciente en toda la industria hacia la digitalización de la facturación tradicional en papel. Para las administraciones públicas supone un mayor control sobre la recaudación del IVA y para las empresas es una forma de hacer su contabilidad más eficiente y rentable.
Desde el 18 de abril de 2019, tras la aplicación de la Directiva 2014/55/UE, todos los organismos administrativos de los Estados miembros de la UE deben poder recibir facturas electrónicas estructuradas de sus contratistas, al menos en el caso de los contratos públicos.
En algunos Estados miembros, la facturación electrónica ya es obligatoria para todas las transacciones con el sector público. Por ejemplo, los gobiernos de Bélgica, España y los Países Bajos ya han decidido introducir plataformas de facturación electrónica específicas para este fin.
Inspirada por los éxitos y las experiencias positivas de América Latina, Italia también se convirtió en el primer miembro de la UE en introducir la facturación electrónica obligatoria para las transacciones B2B el 1 de enero de 2019. Las empresas internacionales se encuentran en una situación especialmente difícil, ya que tienen que ajustarse a las distintas soluciones introducidas por los distintos Estados miembros para cumplir la Directiva sobre facturación electrónica.
El establecimiento de los correspondientes procesos empresariales eficientes requiere una adaptación dinámica a los requisitos y normativas específicos de cada país en cuanto a formatos de documentos, firmas digitales y uso de canales de comunicación específicos para el intercambio con las plataformas gubernamentales.
Adaptar las soluciones propias a los requisitos locales y a la normativa legal en materia de emisión y archivo de facturas digitales es todo un reto. Así se desprende del estudio "Oficina sin papel y facturación electrónica en las 700 principales empresas alemanas: Status quo, pain points and success factors", realizado por Comarch y el Instituto Fraunhofer.