Escepticismo y euforia 2.0


La economía alemana se divide en el metaverso
Cuando se trata del metaverso, la comunidad empresarial alemana está dividida, con un equilibrio entre escepticismo y apertura de miras. Aproximadamente una de cada cuatro empresas se muestra en general interesada y abierta al tema, pero un número similar se muestra crítica y desdeñosa. El 34% sigue indeciso. Una de cada cuatro ve en el metaverso una oportunidad para su propia empresa, una de cada cinco un riesgo. Un tercio asume que el metaverso no tendrá ninguna influencia en su propia empresa, y el 21% aún no está lo suficientemente seguro como para hacer una valoración.
Estos son los resultados de una encuesta representativa de 604 empresas con 20 o más empleados en Alemania encargada por la asociación digital Bitkom. Sin embargo, una ligera mayoría opina que el metaverso cambiará significativamente Internet y ofrece multitud de nuevas oportunidades de negocio. Sin embargo, el 42% lo considera un bombo publicitario a corto plazo que no cumplirá las expectativas y volverá a desaparecer pronto. "El metaverso se basa en una serie de tecnologías relativamente jóvenes, como la cadena de bloques o la realidad virtual. Algunas personas de la escena tecnológica esperan una auténtica revolución en Internet. Si esto se hará realidad es algo que por el momento está completamente abierto", afirma Bernhard Rohleder, CEO de Bitkom. "Lo importante es que las empresas alemanas están abiertas a esta tecnología y observan con mucha atención cómo se desarrolla y qué puede ofrecerles."
Gemelo digital
Para sus propias empresas, los encuestados imaginan reuniones virtuales de cooperación interna, representaciones virtuales de la empresa y formación de los empleados en el metaverso. Pero también se consideran interesantes los actos para fomentar el espíritu de equipo, las presentaciones de productos y la venta de productos. La contratación de nuevos empleados, la prestación de servicios y el marketing siguen a cierta distancia. Casi ninguna empresa considera interesantes las inversiones directas en el metaverso, como la compra de terrenos virtuales. El metaverso no es un mundo paralelo virtual, sino tanto una extensión 3D de Internet como una extensión virtual del mundo real.
Existen numerosas conexiones entre el mundo real y el virtual: los bienes virtuales se compran con dinero real, los gemelos digitales y los avatares representan máquinas y personas reales, la información digital se muestra en nuestro campo de visión a través de la realidad aumentada. Las posibles aplicaciones van desde visitas virtuales a conciertos o viajes de compras por centros comerciales puramente digitales hasta reuniones virtuales de equipos distribuidos por continentes y el gemelo digital de fábricas reales en las que se pueden probar cambios en el proceso de producción. Para 2030, diversas consultoras prevén un volumen de mercado mundial de varios cientos de miles de millones de euros para las ofertas en torno al metaverso.
En general, dos tercios de las empresas asumen que el metaverso aún está lejos en el futuro. Sin embargo, el 14% también afirma que el metaverso amenaza el modelo de negocio actual. Y casi una de cada cuatro empresas ve incluso amenazada la existencia de toda la empresa por el metaverso.

La encuesta de la asociación digital Bitkom sobre el tema del metaverso arroja resultados ambivalentes. Nadie quiere ser el primero, pero tampoco el último.
Beneficio y práctica
Las empresas ven diversos retos en torno al metaverso. Se quejan de que la tecnología aún no está madura y de la falta de normalización de las aplicaciones metaversales. Pero, en general, también se siguen cuestionando los beneficios. Dos tercios carecen de aplicaciones prácticas, y un número similar quiere esperar a ver qué hacen otros con el metaverso. Al 15% le falta tiempo para ocuparse del metaverso. "Para que el metaverso sea un éxito, necesita urgentemente normas e interoperabilidad. Muy pocas empresas dedicarán tiempo y dinero a formar parte de una solución metaversal si corren el riesgo de apostar por el caballo equivocado", afirma Rohleder.