IA en un viaje de aventura
La siguiente cita es de Samantha, de la película estadounidense de ciencia ficción "Her", de Spike Jonze: "El ADN de lo que soy se basa en los millones de personalidades de todos los programadores que me escribieron. Pero lo que me hace ser yo es mi capacidad de crecer a través de mis experiencias. Así que, básicamente, evoluciono a cada momento, como tú."
Samantha es una asistente de voz basada en la IA y nos permite experimentar en la película lo cercanos y a la vez extraños que nos resultan hoy los asistentes digitales. Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA), a menudo pensamos en los superhéroes con conciencia humana de películas como "Terminator". Aunque nos asusten las supuestas máquinas destructoras sobre dos patas o soñemos con una relación amorosa no correspondida con el avatar de la IA, hace tiempo que están entre nosotros: en la interfaz con los humanos, las soluciones de IA se basan en la analítica y la automatización. Hoy en día, se utilizan en casi todas las empresas a través de software estándar.
La IA nos afecta potencialmente a todos. Ciertamente, hoy en día ya tenemos que lidiar con redes inteligentes. Simplemente no les prestamos necesariamente atención ni las consideramos normales cuando nuestro portátil desbloquea las teclas con reconocimiento facial, la función de búsqueda de Google genera sugerencias o el autocorrector de un mensaje de texto ha aprendido nuestros patrones de error. Los sistemas inteligentes de asistencia funcionan en nuestros smartphones o en la habitación de los niños en casa. Saben cómo actuamos, qué nos ocupa y nos motiva. Nos conocen mejor que los amigos íntimos y nos aconsejan con más acierto que el agente de seguros.
Preguntas para el futuro
¿No es lógico que la inteligencia artificial también se utilice en el trabajo de RRHH en la empresa? Los defensores de la innovación en recursos humanos (RRHH) anhelan los chatbots, la tecnología de sensores biométricos y el procesamiento del lenguaje natural (PLN) en la selección de candidatos. Mientras los representantes de esta facción buscan su salvación en los últimos partos de las tecnologías digitales, otros se cruzan de brazos según el lema: "Humano o máquina."
No detendremos la tecnología, porque el aprendizaje automático como forma de IA, especialmente en la contratación, ya está mostrando cómo está cambiando la contratación y a qué potenciales y riesgos nos enfrentamos.
Es hora de que en RRHH nos hagamos preguntas sobre el futuro con un escepticismo constructivo y un ojo puesto en las oportunidades: ¿Qué herramientas de IA sirven a RRHH y a la plantilla para la creación de valor deseada? ¿Cómo podemos introducirlas y gestionarlas de forma responsable y ética? ¿Cómo cambia la inteligencia artificial la colaboración en las empresas? Ciertamente, no hay nada de malo en rebuscar en el zoo de herramientas para los procesos de RRHH y explorar lo que es posible en la cadena de valor de RRHH, desde la contratación hasta la separación del personal. Pero cuidado con el efecto bola de nieve: las herramientas de IA son mucho más que herramientas de RRHH para aumentar la eficiencia.
La IA cambia la cultura, no importa en qué área de la empresa se utilice. RRHH se ve afectado aunque sus propios procesos sigan nadando en la sopa primordial analógica, porque la automatización en el proceso de producción inicia inexorablemente un corrimiento de tierras cultural. En el mejor de los casos, RRHH acompaña activamente el corrimiento de tierras y conduce a la organización a un nuevo nivel de creación de valor, colaboración y desarrollo.
Por tanto, los responsables de recursos humanos se enfrentan al reto de acercarse a las características tecnológicas básicas y a las herramientas inteligentes que se utilizan en la fábrica, por ejemplo. Sólo entonces podrán reconocer el impacto en el aspecto social y desarrollar nuevas ideas sobre cómo seguir desarrollando la identificación y la cocreación en la organización. Esto plantea nuevas preguntas de mayor calado: ¿Cómo puede diseñarse un entorno de trabajo socialmente aceptable en el que las personas y las máquinas inteligentes combinen sus capacidades complementarias de forma beneficiosa?
Esto suena como una gran tarea de diseño para todos los equipos de RRHH que hoy gimen bajo la carga del trabajo administrativo manual. Si ceden parte de esto a un asistente de IA como Samantha, entonces se crea espacio para iniciar cambios estructurales en su propia área y hacer de la empresa un
interacción saludable entre la IA y la cooperación humana. Un trabajo satisfactorio es la recompensa por la experimentación valiente y las preguntas curiosas sobre un mundo laboral mejor.
Si desea saber más sobre este tema, el libro "La inteligencia artificial en el trabajo de recursos humanos"es sin duda una buena introducción al tema. Con ejemplos, consejos prácticos y directrices concretas para la implementación del trabajo de RRHH apoyado por IA.