Una parte integral de la estructura corporativa
La transformación digital está obligando a las empresas a replantearse y reorganizar no solo sus modelos de negocio, sino también sus cadenas de valor internas. Sin embargo, este reto, que a menudo se percibe como puramente técnico, suele basarse en un desafío cultural mucho mayor.
Hoy en día, el software es algo más que una herramienta de apoyo a los procesos empresariales. Es un componente esencial de todas y cada una de las áreas de una empresa. En consecuencia, el desarrollo y suministro oportunos de software y los servicios asociados se han convertido en un aspecto esencial y crítico para el negocio en muchas empresas. Al mismo tiempo, la influencia del software representa un reto para la cultura empresarial existente.
DevOps como motor
Nuestra vida cotidiana es cada vez más ágil. Sin embargo, esto no se limita en absoluto al sector informático, sino que ahora abarca todas las áreas de una empresa. Este cambio hacia una estructura ágil es también uno de los motores más importantes para el uso de DevOps. Así lo confirma también el estudio "DevOps en Alemania 2020" de IDC. En él, el 40% de los encuestados citó el aumento de la agilidad como un importante impulsor del uso de DevOps.
Esto deja claro por qué es importante establecer DevOps en la cultura corporativa de forma generalizada. Sobre todo, es importante implantar una mentalidad ágil en todas las áreas de la empresa y no limitarla a departamentos individuales. Solo así la agilidad puede mejorar la colaboración con otros departamentos y crear la transparencia y el entendimiento necesarios.
Desde una perspectiva puramente técnica, el objetivo de DevOps es acortar significativamente los plazos de lanzamiento de las aplicaciones. Sin embargo, este punto de vista es claramente demasiado corto de miras, ya que DevOps fomenta la colaboración entre equipos y la colaboración intensiva. Por supuesto, el origen suele estar en los departamentos de TI. La estrecha colaboración entre desarrolladores y equipos de operaciones acelera los procesos de desarrollo y despliegue de aplicaciones.
Sin embargo, el enfoque DevOps va más allá de este nivel técnico y tiene un impacto en toda la cultura corporativa. Este enfoque también puede promover la colaboración entre departamentos y en toda la empresa. Al trabajar directamente con los clientes, por ejemplo, los gestores, desarrolladores, administradores y probadores pueden interactuar directamente con los clientes para diseñar nuevos productos acordes con sus necesidades.
Nueva cultura de aprendizaje
Un cambio de cultura en toda la empresa no puede implantarse de la noche a la mañana y requiere un alto grado de perseverancia por parte de todos los implicados. Según IDC, el 34% de los encuestados considera que la cultura de TI y la inercia son la mayor dificultad para implantar DevOps. En este contexto, uno de los mayores errores suele ser recurrir a métodos probados que han conducido al éxito en las antiguas estructuras cuando surgen las primeras dificultades. Por lo tanto, es importante que la dirección impulse el cambio de forma continua y decidida y apoye a los empleados cuando surjan problemas.
Idealmente, la implantación de DevOps comienza por desglosar los procesos de desarrollo de software en los subpasos más pequeños posibles. Sin embargo, no debe ignorarse el resto de la cadena de valor de TI. La agilidad debe ser coherente desde la idea hasta el cliente.